La expresión nos remite al pasado indígena más austral de nuestra península de Baja California. Es un toponímico Pericú con el cual se designó al lugar que hoy ocupa Cabo San Lucas, como se referencia en el libro «Vocablos Indígenas de Baja California Sur», escrito por Gilberto Ibarra Rivera.
Como sabemos, nuestros antepasados indígenas, en toda la península, pero con mayor énfasis en Baja California Sur, por ser generalmente de clima árido y semidesértico, las condiciones de la flora y fauna predominantes generaron una simbiosis de las distintas rancherías y comunidades autóctonas.
La llegada de los misioneros jesuitas fundadores, y con ello el inicio del proceso formal de evangelización y colonización, provocó resistencias a este proceso.
Nuestros antepasados pericúes sobrevivían como cazadores, recolectores y pescadores, sin provocar alteraciones que lesionaran el medio ambiente o diezmaran los recursos naturales; es decir, sobrevivieron por siglos y hasta milenios vinculados estrecha y armoniosamente con su medio, en un proceso ejemplar y digno de investigación y reflexión que ha motivado valiosos documentos científicos como los que ha escrito la maestra Micheline Cariño Olvera, uno de ellos titulado «Ecohistoria de los Californios».
Vale señalar que a la llegada de los españoles, específicamente durante la incursión de Hernán Cortés a la península, quien entró por la Bahía de La Paz, a la cual llamó Bahía de Santa Cruz, los expedicionarios que continuaron por su encargo a estos lugares, comenzaron a identificar a lo que hoy es Cabo San Lucas, California o Cabo California, siendo así reconocido en documentos históricos, mapas inclusive de 1562, donde se le denominó así a esta región, que después sería conocida como Antigua California o Las Californias. Así se establece en el texto «Vestigios de la Antigua California», escrito por Carlos Lazcano Sahagún, editado recientemente por el Archivo Histórico «Profr. Pablo L. Martínez», señalando el autor que fue debido al parecido que encontraron los españoles de aquella época con la descripción que se da de la Isla California en el libro «Las Sergas de Esplandián», con estas legendarias tierras.
Luego entonces los sanluqueños tienen un motivo muy original y de antaño, para sentirse orgullosos de esta circunstancia histórica, de que el nombre mítico y bello de California, fue adjudicado por primera ocasión a esta tierra austral y enigmática de la península.
Y del mismo modo, es impostergable rescatar el nombre original indígena de Cabo San Lucas, por quienes así lo denominaron, nuestros antiguos pericúes, quienes de manera innata aprovecharon los recursos de su medio natural, independientemente de que por el propio proceso de su evolución cultural, no les permitió la fabricación de herramientas y el uso de tecnologías contaminantes ni destructivas de su entorno. Y ello es una gran enseñanza para la constitución de este grupo de maestros y trabajadores de la educación, así como el mejor referente histórico y baluarte digno de ser enaltecido, para que así sea comprendido el nombre y los objetivos que persigue esta agrupación ciudadana a favor de la preservación del ambiente natural, del agua y de la vida en nuestra Delegación de Cabo San Lucas, inclusive en todo el territorio municipal.
Yenekamú, es una expresión, un concepto, para nosotros de profundo contenido histórico y de motivación ecológica, porque nos remite a un pasado reciente de una nación indígena, la pericú, de la cual nos sentimos orgullosos. No obstante haberse extinguido físicamente como raza pura, aún pervive la herencia genética que se mezcló con la raza española y otras extranjeras, para dar surgimiento a la comunidad originaria de Cabo San Lucas; esta sociedad que se mantuvo aislada y reducida numéricamente por casi cuatro siglos, y que a partir de las últimas décadas del siglo pasado ha sido receptora de un crecimiento y desarrollo que ha puesto a nuestra ciudad en los foros mundiales del turismo, para orgullo de Baja California Sur y de México.
Yenekamú nos une, nos cohesiona, como hombres y mujeres, con una encomienda de lucha y de trabajo a favor de la preservación del medio ambiente de Cabo San Lucas, de Los Cabos y de Baja California Sur.
Yenakamú, es un ideal, pero también es acción; es referente del pasado, pero actitud vigente para el presente, y una esperanza para el futuro que queremos; para que nuestros hijos, los hijos de nuestros hijos, los sanluqueños y los cabeños, los sudcalifornianos y los mexicanos que aquí han decidido vivir, nunca olviden, que ha tiempo, hubo hombres y mujeres, niñas y niños, que sin más cobija que la tierra de blancas arenas, sin más techo que el sol, brillante y cósmico, sin más educación que la transmitida por instintos y por aprendizajes primigenios, supieron conservar y vivir en su medio, sin destruirlo, sin contaminarlo, sin afectarlo; y que de esa herencia milenaria, nosotros, todos como comunidad, somos en el siglo XXI, los responsables de que continúe siendo, tierra de naturaleza, de progreso, de espíritu y de amor.
Domingo Valentín Castro Burgoin
Cabo San Lucas, municipio de Los Cabos, Baja California Sur, 28 de mayo de 2016.
