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«No hay cómo salir de aquí»: mexicano en el Everest

A 6,400 metros de altura, en un campamento en la cara norte del Everest, el alpinista mexicano Aldo Valencia Corona, de 37 años, escuchó junto a sus compañeros de expedición «tronidos muy fuertes».

Todo comenzó a moverse.

Era mediodía del sábado. En el momento, Aldo no entendía lo que estaba ocurriendo.

Horas después, se enteró de que el movimiento era por un terremoto de magnitud 7.8, que sacudió Nepal y la zona del Everest.

«Estábamos en una tienda comedor, tomando nuestros alimentos, entre las 12:00–13:00 horas de la tarde, cuando se empezó a mover todo. Escuchamos tronidos muy, muy fuertes. Salimos de inmediato para ver lo que ocurría. No podíamos ver nada porque empezó como a nevar. Tuvimos mucho miedo, pero tuvimos que tranquilizarnos», narró Aldo a CNNMéxico vía satelital, al hacer un enlace con sus familiares que habitan en la ciudad de Puebla.

Aldo dejó su negocio a cargo de otra persona durante dos meses, para buscar escalar por segunda ocasión la montaña más grande del mundo. Tuvo que enfrentar junto con otras nueve personas la amenaza de avalanchas.

«Afortunadamente nadie resultó con heridas graves o muerto por este lado”, contó.

Y es que las peores desgracias se concentraron en la cara sur del Everest, en donde fallecieron al menos 17 alpinistas y aún hay varios desaparecidos, a causa de las avalanchas.

Aún con ganas de llegar a la cima

Incluso con lo ocurrido, Aldo mantiene la idea de alcanzar su meta: llegar por segunda ocasión al punto más alto del Everest, a 8,850 metros de altura sobre el nivel del mar.

La primera vez que lo consiguió fue hace cinco años, pero por la cara sur de la montaña, en donde en esta ocasión se registraron fallecimientos a causa del sismo.

Sin embargo, tanto la expedición de la que forma parte el poblano, como otras que planean subir por esta zona, dependen de las autoridades chinas, quienes dieron a conocer este lunes que no permitirán escalar esta montaña desde su ladera norte luego de la avalancha provocada por el sismo de Nepal.

«A nosotros nos pidieron 10 días para resolvernos, para decirnos si podemos seguir escalando o no, pero independientemente de lo que nos digan, varias expediciones han decidido cancelar, quieren bajar para apoyar en las labores de rescate, además porque hay compañeros que se han enterado que sus casas quedaron totalmente colapsadas en Katmandú, específicamente tres de nuestros guías», comentó vía telefónica.

Un día después que Aldo y sus nueve compañeros de expedición provenientes de Canadá, Polonia, Pakistán e India lograron evadir avalanchas para poder sobrevivir, regresaron al campamento base, pese a que el camino había quedado colapsado.

«Aún así nos arriesgamos. Era lo mejor, por seguridad».

Actualmente está varadoa 5,200 metros de altura en el Everest, y asegura que no hay forma de salir de ahí.

«Nos tienen abandonados. No hay cómo salir de aquí, algunas expediciones, independientemente si el gobierno chino nos deja subir o no, han decidido cancelar pero de todas maneras no tenemos cómo salir de aquí. La ayuda se está centrando en el lado sur, en donde están rescatando a nuestros hermanos, que es en donde sufrieron más daños. No corrieron con suerte como nosotros», agregó.

No les queda más que esperar un rescate vía aérea o recibir indicaciones para poder seguir ascendiendo en esta montaña.

Lo bueno, asegura Aldo, es que su expedición aún cuenta con comida para mantenerse hasta para mediados de mayo, debido a que habían planeado una aventura de dos meses y llevaban 20 días cuando se registró el terremoto que ahora los mantiene «atrapados».

«Que regrese»

Aunque la familia de Aldo asegura apoyarlo en todas las decisiones que toma, en esta ocasión prefieren que regrese a Puebla lo más pronto posible. Temen que las réplicas que continúan provoquen nuevas avalanchas que terminen con su vida.

«Nos marcó primero en la tarde del sábado. Casi lo único que alcanzó a decir fue: ‘estoy bien. No se espanten con lo que van a ver, seguramente verán en televisión imágenes muy fuertes. Estuvo muy feo'», indicó su hermana Liliana Valencia a CNNMéxico.

La joven agrega que a su familia «no le queda otra más que rezar» para que Aldo regrese sano y salvo.

«Preferimos que mejor no continúe la expedición. Sabemos que es su pasión, pero mejor que regrese», añadió.

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