Desde el Senado de la República como coordinador del PRI, Manlio Fabio Beltrones reconstruyó su carrera política, que se vino abajo con el asesinato del candidato a la presidencia de México, Luis Donaldo Colosio, en 1994 y se mantuvo con mala racha durante el sexenio de Ernesto Zedillo.
En el periodo del Senado 2006-2012 el sonorense logró lo que pocos, recuperar su posición en la cúspide de la política nacional, a través de acuerdos con los partidos políticos representados en la Cámara Alta; ahí, afianzó una relación con el PAN y PRD, las dos principales fuerzas políticas del país.
Fue Manlio Fabio Beltrones quien se adelantó a Enrique Peña Nieto en la idea de la alianza con los partidos políticos más importantes, ante la claridad del fin del partido único, lo que aplicaba para todos: PRI, PAN y PRD en sus diferentes bastiones.
La alianza que el ex gobernador de Sonora logró en el Senado de la República con los legisladores del PAN y el PRI para impulsar unánimemente reformas, lo fortaleció al grado de ser considerado en 2012 digno candidato del PRI a la presidencia de México.
Visto en perspectiva, la fuerza del actual coordinador de los diputados del PRI, Manlio Fabio Beltrones, ha venido de las alianzas con el resto de las fuerzas políticas; un esquema que retomó Peña Nieto con su Pacto por México al inicio de su gobierno hace tres años.
Así como también al interior del PRI, las alianzas y/o acuerdos con el resto de las corrientes, ha permitido a Beltrones Rivera ser hoy el próximo dirigente nacional del partido; pues aunque todavía no ha sido votado, es un hecho su triunfo.
La cuña que lleva su fórmula con Carolina Monroy Del Mazo, afianza la unidad pragmática del PRI entre las dos corrientes más fuertes al interior, la que encabeza Peña Nieto con el grupo Atlacomulco del Estado de México y la de los beltronistas.
Con lo cual Manlio Fabio vuelve a ganar dentro de la carrera política nacional y al interior del partido Revolucionario Institucional.
Fin de la “sana distancia”
El precandidato a la dirigencia nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, ya dejó claro que no seguirá más la práctica zedillista de la “sana distancia” del PRI con el presidente de la República; por el contrario, anunció de antemano que de ser el próximo dirigente tricolor mantendrá una estrecha relación con el mandatario federal Enrique Peña Nieto.
Su misión como cabeza del partido en el gobierno, hacer realidad las reformas estructurales que se aprobaron en los últimos tres años, entre las que se encuentran las cuestionadas Reformas Educativa, Energética y Laboral.
La dirigencia nacional del PRI es una nueva oportunidad para que Beltrones siga creciendo como figura política, y si su afán es que se apliquen las reformas como la panacea para “que las cosas buenas pasen en México”, más le vale que éstas no sean para arrebatar privilegios a unos y entregarlos a otros, y realmente se eleve la calidad de la educación gracias a la Reforma Educativa; se afiance el desarrollo económico con la Reforma Energética y se dignifique al trabajador con la Reforma laboral.
