En nuestro país existen cuatro especies de mangle: rojo, negro, blanco y botoncillo.
Son especies de árboles de origen terrestre que evolutivamente se han adaptado para sobrevivir en ambientes inundables. Tienen un alto grado de salinidad, suelen estar restringidos a las zonas tropicales y se ubican en zonas costeras, lagunas, ríos y deltas.
Los manglares constituyen un tipo de humedal, junto con las turberas, pantanos y marismas, clasificación que se determina por cuestiones topográficas y grado de humedad. Los humedales costeros son terrenos de transición entre los sistemas acuáticos y terrestres.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), más del 50% de los humedales en México son costeros. Su superficie en el territorio nacional es de 51,610 km2. Se ha estimado que la deforestación de manglar genera alrededor del 10% de las emisiones globales de carbono por año.
Proporcionan importantes servicios ambientales:
Protección y regulación de inundaciones.
Recarga de los acuíferos.
Mejora de la calidad del agua al servir como filtro biológico.
Prevención y reducción de la erosión costera.
Regulación de la calidad del agua y la captación de carbono.
Son zonas de alimentación, refugio y crecimiento de crustáceos, alevines y otras especies de flora y fauna.
Su restauración y manejo sustentable son fundamentales para la adaptación de comunidades costeras al cambio climático y para mitigar gases de efecto invernadero.